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Organizaciones en Massachusetts están exigiendo que su estado se ponga del lado de las comunidades migrantes al declarar a Massachusetts como un estado santuario, con lo que se garantiza que los funcionarios estatales no colaboran con la política de Trump de detenciones y deportaciones masivas de personas migrantes.
La campaña, encabezada por el Partido por el Socialismo y la Liberación, esboza cuatro peticiones al gobierno del estado de Massachusetts: poner fin a la colaboración de la policía con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE por sus siglas en inglés), detener la estigmatización racista contra la población migrante, detener cualquier nueva restricción a la asistencia para la vivienda y mantener a ICE fuera de las escuelas públicas y otras instituciones del estado.
Durante una conferencia de prensa el 22 de enero, la gobernadora demócrata de Massachusetts, Maura Healey, declaró que su estado “no es un estado santuario” para la población migrante que pueda ser detenida por ICE. Healy enfatizó que “aquí el funcionariado cumple con la ley”, y por ello estaba preparado “a la hora de investigar, procesar y responsabilizar a quienes cometan delitos en Massachusetts”.
Algunas organizaciones en Massachusetts critican al Partido Demócrata y sus lideres, que aunque se han posicionado en oposición a la agenda de Trump, no han luchado lo suficiente contra la campaña de deportación masiva de la administración Trump. En enero, ICE realizó entre 800 y 1200 detenciones diarias, justificando estas acciones como un intento de detener a delincuentes mientras se arrastraba a muchas personas migrantes sin antecedentes penales. Hasta la primera semana de febrero, los centros de detención de ICE habían alcanzado el 109% de su capacidad debido al aumento de las detenciones.
Peoples Dispatch habló con Ximena Hasbach, organizadora del Partido por el Socialismo y la Liberación, que participa en la campaña para hacer de Massachusetts un estado santuario. El PSL organizó una manifestación en Boston el 9 de febrero para presionar a Healey, y organizó otra el 16 de febrero, que marca el aniversario del día sin migrantes en 2017, que tuvo lugar después de que Trump fuera elegido para su primer mandato.
Hasbach contrasta los comentarios más recientes de Healey en contra el estado santuario con lo que ella califica como el “postureo” del Partido Demócrata durante el primer mandato de Trump.
Hasbach destacó cómo, cuándo Healey era la fiscal general del Estado durante la primera presidencia de Trump, emitió duras condenas a sus políticas, incluso uniéndose a una demanda que impugnaba la “prohibición musulmana”. Pero, según Hasbach, “toda esa aparente lucha desapareció cuando el presidente Biden continuó deportando migrantes a un ritmo elevado”.
Hasbach continuó diciendo que “ahora que Trump ha vuelto, ni siquiera hay esa pretensión de apoyar a los residentes inmigrantes de su estado”. De hecho, “[Healey] está repitiendo como un loro a Donald Trump y su agenda de multimillonario racista de ultraderecha, al decir que Massachusetts no es un estado santuario y que lo que ICE está haciendo es detener a delincuentes, diciendo que las personas migrantes son la razón de la tensión en las viviendas públicas”.
De hecho, Healey ha propuesto cambios en la ley de Massachusetts frente al “derecho a la vivienda”, que garantiza una vivienda de emergencia a las mujeres embarazadas y a las familias sin hogar. Estos cambios propuestos exigirían a quienes soliciten refugio demostrar que se encuentran en el país legalmente. Según la oficina del gobierno local, la propuesta de Healey “exigiría que todas las personas miembros de la familia demuestren que tienen ciudadanía estadounidense o que residen legalmente en EEUU, con la rara excepción de aquellos hogares que incluyen a una infancia que es ciudadana estadounidense o residente permanente legal”.
Hasbach afirma que “seas o no una familia migrante, estos requisitos adicionales de papeleo perjudicarán a todas las familias”.
“Nuestras vecindades migrantes no son la razón de la inadecuada vivienda pública. Rechazamos totalmente esa acusación, esa narrativa”, continuó Hasbach.
Lea la entrevista completa con Hasbach a continuación:
Peoples Dispatch: En el contexto del resto de Estados Unidos, Massachusetts se considera una especie de bastión liberal. Sin embargo, la gobernadora Maura Healey ha declarado explícitamente que Massachusetts no es un estado santuario. ¿Considera que esto supone un cambio en la forma en que el gobierno de Massachusetts se está caracterizando a sí mismo?
Ximena Hasbach: Creo que definitivamente es un cambio, al menos en la retórica. En el primer mandato de Trump, existía una mayor postura por parte de Partido Demócrata. En ese momento, Maura Healey era la fiscal general de Massachusetts y se unió a otras fiscalías generales estatales demócratas para oponerse al aumento de las deportaciones. Pero toda esa aparente lucha desapareció cuando Joe Biden continuó deportando migrantes a un ritmo elevado.
Ahora que Trump ha vuelto, ni siquiera hay esa pretensión de apoyar a la población migrante residente en su estado. Healey repite como un loro las palabras de Donald Trump y su agenda de multimillonario racista de ultraderecha, al decir que Massachusetts no es un estado santuario y que lo que ICE está haciendo es detener a delincuentes, diciendo que las personas migrantes son la razón de la tensión en las viviendas públicas.
Incluso antes de que Trump asumiera el cargo por segunda vez, envió delegados del estado de Massachusetts a Texas para decirles a las vecindades migrantes que no vinieran a Massachusetts. Esto hace eco de las declaraciones de Kamala Harris, cuando visitó Centroamérica, para decir “no vengan”. Cada vez es más difícil distinguir entre la retórica del partido demócrata y del republicano.
Healey se ha alineado completamente con Trump y su retórica. Eso va realmente en contra de esta idea de que Massachusetts y estos otros estados demócratas son lugares progresistas. De hecho, no están luchando por su gente, migrantes o no migrantes, porque como dijimos, las restricciones de vivienda que está proponiendo Healey afectarán en realidad a toda la población trabajadora de Massachusetts.
PD: La administración Trump ha convertido a la población trabajadora migrante en un objetivo muy explícito. ¿Por qué esta población está siendo utilizada como chivo expiatorio, por encima de muchas otras cosas, por la administración Trump y por la derecha en general?
XH: Necesitan un chivo expiatorio porque la gente está enfadada, justamente. La clase trabajadora de Estados Unidos está molesta porque el coste de la vida está subiendo, el coste de la comida, el precio del alquiler. Año tras año, vivir se está haciendo cada vez más caro, y el ritmo al que suben nuestros salarios no se corresponde en absoluto.
Lo estamos viendo y, con razón, nos preguntamos por qué. ¿Por qué salir adelante es cada vez es más difícil, en el país más rico de la historia del mundo?
Nadie ofrece soluciones reales, como decir que no deberíamos enviar miles de millones de dólares para hacer la guerra a nuestros hermanos y hermanas de Palestina, sino que en realidad deberíamos financiar nuestras escuelas públicas, nuestra atención sanitaria y nuestra infraestructura.
Aquí en Boston, lanzamos oficialmente la campaña el 9 de febrero con una manifestación. Esa mañana, dos trenes de metro chocaron entre sí, por lo que a algunas de nuestras vecindades les costó llegar a la manifestación.
Es tan obvio a qué debería destinarse nuestro dinero. Vivimos en Boston, Massachusetts, y en un estado rico, en un estado supuestamente progresista. ¿Por qué no tenemos trenes que funcionen? La respuesta de la gobernadora y la respuesta del presidente es señalar con el dedo a personas compañeras de trabajo porque nacieron en otro lugar.
PD: Existe la idea, presente en la retórica dominante, de que las personas migrantes son delincuentes, que toda persona detenida por ICE es un delincuente, así como la idea de que la población migrante supone una carga para los recursos estatales. En su contexto en Massachusetts, ¿diría que las comunidades de Massachusetts están amenazadas por las personas migrantes delincuentes? ¿O que a la población trabajadora se les niegan los recursos estatales gracias a las personas migrantes?
XH: Definitivamente no. Esta retórica solo sirve para dividir y trazar una línea entre las personas que son migrantes y las que no lo son, dividiendo incluso a la propia comunidad migrante entre personas documentadas e indocumentadas.
Quiero destacar la recién firmada Ley Laken Riley. Su redacción es muy interesante, porque no hace falta ni siquiera haber recibido una condena por un delito para que ICE pueda detenerte en virtud de esta nueva ley. Basta con que cualquier persona migrante indocumentada sea acusada de un delito. Incluso el delito más leve, como el hurto en tiendas, es suficiente para que ICE detenga a una persona.
Cada vez es más difícil defender la idea de que vivimos en una sociedad muy peligrosa debido a nuestros hermanos y hermanas inmigrantes, en lugar de que la gente esté cada vez más desesperada porque no se satisfacen nuestras necesidades. Tuvimos un caso aquí en Massachusetts de una joven en Lynn, una adolescente de 18 años. Un vecino llamó a ICE porque empujó a su hermano en una pelea por un teléfono móvil; se trata de una estudiante de secundaria y dos hermanos en una pelea. Esta chica fue detenida por ICE y enviada a una cárcel en Maine, a varios estados de distancia de su familia. Su familia estaba absolutamente angustiada. Luego, obviamente, hubo un alboroto pues Lynn tiene una gran comunidad de migrantes.
Estos son los casos que estamos viendo. No estamos viendo que personas realmente peligrosas sean detenidas por ICE. Yo diría que, ya sabes, los agentes del ICE, que son secuestradores, son las personas peligrosas.
PD: ¿Cómo están respondiendo las comunidades de migrantes a estos ataques?
XH: Al menos en Boston y sus alrededores, ha habido un ambiente de miedo desde la posesión gubernamental.
Creo que al principio corrían muchos rumores, diciendo que ICE iba a hacer una redada en este lugar mañana.
Por ejemplo, corría el rumor de que ICE iba a estar en una estación de metro en el barrio de East Boston, altamente poblado por migrantes. El metro estaba mucho más vacío de lo habitual después de que surgieran esos rumores y se trata de gente trabajadora que depende del transporte público. El miedo es tal que la gente está cambiando por completo sus rutinas, cambiando toda su vida para evitar un posible arresto, una posible deportación.
Esa es una de las razones por las que surgió esta campaña, por lo que queremos pasar a la ofensiva. Queremos decir que no solo no dejaremos que la derecha nos divida, sino que no dejaremos que nos asusten.
Este fin de semana, el 16 de febrero, es el aniversario del día sin migrantes de 2017. Y por eso vamos a conmemorar ese día con una manifestación en Central Square Park, en East Boston, a las 2 de la tarde.
East Boston tiene el mayor porcentaje de población migrante indocumentada del área de Boston. Estas personas son miembros de nuestra comunidad. Son personas que se han criado en East Boston y sus alrededores, y ahora la gente vive con miedo, sobre todo desde la posesión.
Vamos a contraatacar el domingo. Toda el área de Boston va a venir a East Boston para estar hombro con hombro con la comunidad migrante vecina y para decir que rechazamos esta narrativa. Sabemos que nuestra gente no es peligrosa, quienes sí representan un peligro son las personas políticas que impulsan esta narrativa, los agentes de ICE y la policía que les apoya, creando terror en nuestra comunidad. Ese es el peligro.
Vamos a pedir al gobierno que atienda nuestras demandas, pero también vamos a mostrar nuestra solidaridad, nuestro poder, que no nos van a dividir ni vamos a tener miedo. Vamos a contraatacar.