EEUU y sus aliados niegan su papel en la guerra en Siria

Incluso después de trece años de guerra, Occidente y sus aliados continúan promoviendo divisiones en Siria mediante la ocupación de su tierra, el robo de sus recursos naturales, sanciones unilaterales e intervenciones militares.

March 22, 2024 by Peoples Dispatch
Photo: UNICEF/Johnny Shahan

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Estados Unidos y sus aliados europeos emitieron una declaración conjunta con motivo del 13º aniversario de la guerra en Siria. La declaración expresaba preocupación por el sufrimiento de los sirios y culpaba al Gobierno de Bashar al-Assad, pero guardaba silencio sobre su propio papel en la perpetuación de su sufrimiento.

La declaración conjunta, emitida por Estados Unidos, el Reino Unido, Francia y Alemania el 15 de marzo, reiteró la narrativa de que son las políticas opresivas del Gobierno de Assad contra “manifestantes pacíficos” que simplemente exigían “su libertad y respeto por los derechos humanos” las que llevaron a a la guerra de 2011 que aún continúa después de trece años.

Estados Unidos y sus aliados intentaron lavarse las manos por completo de la guerra en la que más de 500 mil sirios han muerto y más de la mitad de su población de antes de la guerra ha sido desplazada. La guerra ha convertido a casi siete millones de sirios en refugiados en toda la región y el mundo. Unicef afirma que casi la mitad de todos los niños en edad escolar (5,5 millones) del país no están escolarizados en la actualidad. Casi 7,5 millones de niños sirios necesitan asistencia humanitaria, la cifra más alta jamás registrada en los últimos trece años. Afirma que cerca de 650 mil niños menores de cinco años están desnutridos en el país.

El aumento del número de sirios que necesitan asistencia humanitaria hoy, casi 17 millones, se atribuye en parte al devastador terremoto del año pasado en el que murieron más de seis mil sirios. El país devastado por la guerra perdió más infraestructura y cientos de miles de sirios se vieron recientemente desplazados debido al terremoto.

Estados Unidos y sus aliados declararon que “nuestros países no ven ninguna posibilidad de normalización con el régimen de Assad, ningún financiamiento para la reconstrucción y ningún levantamiento de las sanciones hasta que haya un progreso auténtico, significativo y duradero hacia una solución política”.

La declaración es un claro ejemplo de lo que el Gobierno sirio llamó más tarde “hipocresía política y decadencia moral” de Estados Unidos y sus aliados europeos, que desempeñaron un papel clave en el surgimiento y la prolongación de la guerra en Siria y continúan estando directamente involucrados en la intensificación del sufrimiento del pueblo sirio.

El Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados de Siria, que rechazó la declaración, condenó la narrativa de Occidente calificándola de “propaganda intencionada” que tiene como objetivo “desviar la atención” de las causas reales del problema que enfrentan los sirios.

El Gobierno sirio afirma que “durante los últimos trece años, los Gobiernos de Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania han continuado su enfoque hostil contra Siria utilizando todas las herramientas de la guerra contra ella”.

Estados Unidos y sus aliados regionales y europeos fueron responsables de brindar apoyo militar y financiero a los grupos que intentaron derrocar al gobierno de Assad en 2011, lo que provocó la guerra. El apoyo militar directo proporcionado por Estados Unidos y sus aliados en la región, aunque interrumpido después de unos años, ayudó a los elementos extremistas de la región y dio origen a ISIS en 2014, prolongando e intensificando la guerra.

Alegando violaciones de derechos humanos, Estados Unidos y sus aliados impusieron sanciones unilaterales a Siria después de no poder derrocar al régimen de Assad. Las sanciones unilaterales, consideradas ilegales según la Carta de la ONU, han intensificado el sufrimiento del pueblo sirio al impedir que las importaciones de productos básicos, incluidos medicamentos y alimentos, aumenten sus precios. Las sanciones también han paralizado la reanudación de servicios públicos esenciales, como el suministro de electricidad, obligando incluso al Estado a detener su funcionamiento regular.

El Gobierno sirio y la ONU han exigido repetidamente el levantamiento de las sanciones unilaterales, alegando que no sólo están obstaculizando la tan necesaria recuperación económica y bloqueando todos los esfuerzos de reconstrucción, sino también el regreso más rápido de los refugiados sirios.

Estados Unidos y la UE rechazan rotundamente el levantamiento de sus métodos coercitivos unilaterales, a pesar de que la Liga Árabe revirtió su boicot al régimen de Assad el año pasado. Hablan de la centralidad de una solución política según la resolución 2254 del Consejo de Seguridad de la ONU. Sin embargo, continúan manteniendo vínculos con los grupos anti-Assad y los alientan a evitar el proceso político de reconciliación.

El Gobierno sirio afirma específicamente que Estados Unidos en particular ha sido responsable del sufrimiento de su pueblo. Sus fuerzas estacionadas ilegalmente en el país supuestamente saquean cada año millones de dólares de los ingresos petroleros del país. Según el Gobierno sirio, el saqueo de los recursos naturales de Siria no se limita al petróleo. Hay informes de que las fuerzas estadounidenses saquearon millones de dólares en cereales alimentarios en el país, que depende en gran medida de la asistencia humanitaria.

En medio de todo esto, Israel y Turquía, dos de los aliados más cercanos de Estados Unidos, han llevado a cabo intervenciones militares y ataques fatales en Siria repetidamente en los últimos trece años. Los ataques causan más destrucción y asesinatos en Siria, además de paralizar los intentos del Gobierno de poner fin a la guerra.

Traducción de Agencia Prensa Rural