Read in English here
“La única manera de lograr la paz es el cumplimiento de las aspiraciones legítimas del pueblo palestino a los derechos humanos, la dignidad y la condición de Estado”, dijo el presidente sudafricano Cyril Ramaphosa en la Cumbre por la Paz celebrada en El Cairo (Egipto) el sábado 21 de octubre.
Hasta el martes 24 de octubre, más de 5.791 palestinos -entre ellos más de 2.000 niños- habían muerto desde el 7 de octubre por los continuos bombardeos del ejército israelí sobre Gaza, una franja de 365 km2 en la que mantiene sitiados a 2,3 millones de palestinos desde hace casi 17 años.
“Como sudafricanos, podemos identificarnos con lo que les está ocurriendo a los palestinos”, dijo Ramaphosa, recordando que en su propia lucha contra la “pesadilla del apartheid”, ellos también “fueron sometidos a un sufrimiento indecible al igual que están pasando los palestinos.”
A nivel nacional, está aumentando la presión sobre el gobierno de Ramaphosa para que traduzca sus palabras de solidaridad en acciones concretas contra “el Estado de apartheid de Israel”.
“Somos uno de los mayores socios comerciales de un Estado ilegítimo”.
Reiterando la antigua exigencia de boicotear económicamente a Israel y expulsar a su embajador, miembros de Economic Freedom Fighters [Combatientes por la Libertad Económica] (EFF), tercer partido en importancia en el parlamento sudafricano, hicieron una protesta en la embajada de Israel en la capital, Pretoria, el lunes 23 de octubre.
Nazier Paulsen, diputado del EFF, pidió a los sudafricanos que mostraran su “repulsa” por las “sólidas relaciones diplomáticas, culturales y también económicas” que se mantienen con un Estado de apartheid, y afirmó antes de la protesta: “Somos uno de los mayores socios comerciales de un Estado ilegítimo”.
El líder del EFF y diputado, Julius Malema, dijo mientras se dirigía a los manifestantes: “Mientras nuestros hijos sigan siendo asesinados en Palestina, este lugar [frente a la embajada israelí] se convertirá en nuestra residencia permanente”, advirtiendo que la concentración de protesta del lunes “no será la última”.
Tampoco fue la primera. Anteriormente, el viernes 20 de octubre, cientos de personas participaron en otra protesta liderada por el partido gobernante de Ramphosa, el Congreso Nacional Africano (CNA).
“La embajada israelí… debe cerrar y el embajador debe irse”, dijo a los manifestantes Nomvula Mokonyane, primer vicesecretario general del CNA, que instó a los sudafricanos a boicotear los productos israelíes.
El memorando del CNA al embajador israelí, Eliav Belotserkovsky, afirma: “Durante las dos últimas décadas en particular, el Estado de Israel ha sometido al pueblo palestino a formas de opresión racial y represión brutal, no diferentes de las que el pueblo negro experimentó bajo el régimen del apartheid en Sudáfrica”.
El memorando continuaba condenando “la moralidad selectiva y la postura desmedida de Estados Unidos y algunos países de la UE que sólo han hablado de la matanza de civiles israelíes a manos de Hamás mientras no dicen nada de la matanza de civiles palestinos a manos del Estado de apartheid de Israel”.
“Israel ha cometido crímenes de guerra y debe rendir cuentas”.
Sudáfrica hizo un llamamiento a la Corte Penal Internacional (CPI) “para que investigue las graves infracciones cometidas por los dirigentes israelíes de los delitos que son competencia del Estatuto de Roma”. Las atrocidades que se están cometiendo en la franja de Gaza “son una prueba para la CPI”, declaró Mokonyane a la SABC desde el piquete el viernes.
Después de que el 17 de octubre las Fuerzas de Defensa Israelíes bombardearan el hospital baptista Al-Ahli, en el norte de Gaza, matando a más de 500 personas de un solo golpe, el Departamento de Relaciones Internacionales y Cooperación de Sudáfrica pidió a la CPI que interviniera.
“De acuerdo con el Derecho internacional humanitario y los Convenios de Ginebra, Israel ha cometido crímenes de guerra y debe responder de sus actos ante la Corte Penal Internacional y la comunidad internacional en su conjunto”, afirma el comunicado.
“Sudáfrica pide a la comunidad internacional que ponga fin a su indiferencia ante las graves violaciones cometidas contra el pueblo palestino en Gaza, y al Consejo de Seguridad de la ONU que adopte medidas coercitivas para detener el genocidio en curso.”
¿Ladrando con los sabuesos y corriendo con las liebres?
Sin embargo, “no estamos totalmente convencidos de que el CNA esté siendo genuino y sincero”, sostiene Mametlwe Sebei, Presidente del Sindicato de Trabajadores de Industrias Generales de Sudáfrica (GIWUSA), acusando al partido gobernante de “ladrar con los sabuesos y correr con las liebres”.
“No puede ser que el CNA, que está formalmente comprometido con la solidaridad con el pueblo de Palestina, no haya hecho lo más básico en sus 29 años en el poder, que es poner fin a las relaciones diplomáticas con el régimen israelí y expulsar a su embajador”.
En cambio, dijo a Peoples Dispatch, el gobierno está “atando” la economía sudafricana “aún más estrechamente al proyecto sionista” al permitir “la adquisición de industrias clave como” el gigante lácteo Clover “por la corporación sionista”, MILCO, en 2019.
“MILCO es una empresa israelí que… opera en asentamientos judíos en tierras palestinas y apoya materialmente la ocupación, incluso [financiando]… a partidos sionistas de extrema derecha vinculados a estos asentamientos”, recuerda un comunicado de GIWUSA.
El sindicato había dirigido una huelga en Clover durante más de seis meses en 2021-22, exigiendo la “desinversión de MILCO en Clover”.
Leer más: Agresiones y palizas a trabajadores en la 12ª semana de huelga del gigante sudafricano de productos lácteos Clover
Por resolución unánime, el Consejo de Delegados Sindicales de Clover volvió a plantear esta reivindicación en la reunión con la dirección del 18 de octubre.
Incluso mientras Israel niega el acceso a alimentos, agua, combustible y medicinas a los palestinos que bombardea en Gaza, está “cosechando todos los beneficios económicos de sus inversiones en Sudáfrica”, se quejó, exigiendo la expropiación de todas las “corporaciones sionistas”.
Mientras que los palestinos reciben las palabras de solidaridad del CNA, “los sionistas”, añadió Sebei, “obtienen todo el beneficio político del reconocimiento diplomático de Sudáfrica, sobre todo porque procede de un Estado surgido de la lucha de liberación contra el apartheid en este país”.
Si el gobierno sigue sin actuar ante la creciente demanda de expulsión del embajador israelí y la expropiación de sus empresas en el país, “tenemos que etiquetar y tratar” al partido gobernante “como colaboradores sionistas”, añadió GIWUSA en su declaración.
El sindicato participará en el “Día Nacional de Acción”, en solidaridad con Palestina, el sábado 28 de octubre, junto con otros de la Federación Sudafricana de Sindicatos (SAFTU), la segunda confederación sindical del país. “Decenas de miles de personas saldrán a la calle en las principales ciudades del país”, declaró Sebei.
EFF amenaza con una acción directa contra “todos los que hacen negocios con Israel”
Paralelamente, el EFF ha amenazado con emprender acciones directas contra las operaciones sudafricanas de las empresas multinacionales que colaboran con Israel. Refiriéndose a la oferta de McDonalds de comida gratuita para los soldados de las IDF en Israel, Malema dio a McDonalds en Sudáfrica tiempo “hasta finales de este mes para emitir una declaración, distanciándose de lo que McDonalds está haciendo en Israel, dando a los asesinos comida para asesinar a mujeres y niños”.
En su discurso en el piquete del lunes, también lanzó un ultimátum a la empresa australiana Woolworths. El movimiento Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS) lleva haciendo campaña desde 2014 contra esta cadena de supermercados, acusándola de abastecerse de productos alimenticios y frescos por valor de 12 millones de rands de empresas israelíes, robando recursos de la tierra palestina ocupada.
“Woolworths tiene de plazo hasta finales de este mes para retirar de sus estanterías todos los productos procedentes de Israel. Si no lo hacen… iremos nosotros mismos a retirarlos. No queremos que se venda ningún producto israelí en Sudáfrica. No queremos alimentos que procedan de quienes tienen las manos manchadas de sangre de inocentes”, declaró Malema, y añadió: “Advertimos a todos los que tienen negocios con Israel”.
Traducción a español: Pilar Troya.
