Read in English here
El 22 de marzo, Rusia y China vetaron en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) una resolución sobre la situación en Gaza redactada por Estados Unidos. El texto “determina la necesidad imperiosa de un alto el fuego inmediato y sostenido”, pero no hace un llamamiento explícito al cese del ataque israelí de seis meses contra la asediada Gaza, que ha causado la muerte de casi 32.000 palestinos.
Estados Unidos fue el autor de la resolución tras vetar tres resoluciones sucesivas del CSNU sobre Gaza, incluida una del 20 de febrero presentada por Argelia que pedía un alto el fuego inmediato.
A falta de un llamamiento explícito a un alto el fuego, el texto presentado por EE.UU. mencionaba permitir la entrega de ayuda humanitaria esencial, “aliviar el sufrimiento humanitario y, a tal fin, apoyar inequívocamente los esfuerzos diplomáticos internacionales en curso para garantizar dicho alto el fuego en relación [énfasis añadido] con la liberación de todos los rehenes restantes”, según un borrador difundido en los medios de comunicación el jueves.
Esta exigencia unilateral de liberación de los rehenes israelíes —sin mención alguna a una liberación recíproca de los miles de palestinos que Israel ha encarcelado y torturado— ha sido incorporada por Estados Unidos en los debates del CSNU sobre un alto el fuego. Todo ello mientras Israel sigue bombardeando Gaza y rechaza las propuestas de alto el fuego presentadas por la resistencia palestina. La votación del viernes en el Consejo de Seguridad se celebró en medio de las negociaciones en curso en Qatar.
EE.UU. continuó estableciendo este vínculo, quizás no “tan firmemente”, durante la reunión del Consejo el viernes, con la embajadora Linda Thomas-Greenfield hablando de un “alto el fuego inmediato y sostenido como parte de un acuerdo que conduzca a la liberación de todos los rehenes retenidos por Hamás y otros grupos que nos ayudarán a abordar la grave crisis humanitaria en Gaza”. Añadió que la adopción de la resolución “presionaría a Hamás para que acepte el acuerdo que está sobre la mesa”.
La resolución estadounidense recibió 11 votos a favor y 3 en contra, y Argelia se unió a Rusia y China, que emitieron los vetos decisivos. Guyana fue la única abstención, reiterando la ausencia de un llamamiento a un alto el fuego inmediato.
La resolución estadounidense, un “espectáculo hipócrita”
Dirigiéndose al Consejo antes de la votación, el embajador ruso Vassily Nebenzia acusó a EE.UU. de presentar un “espectáculo hipócrita” envuelto en un alto el fuego, que EE.UU. había estado tratando de “vender un producto” a la comunidad internacional. Añadió que el lenguaje de una “necesidad imperiosa” no era suficiente para salvar las vidas de los palestinos y no estaba estipulado en el mandato del CSNU, que está investido con un mecanismo para “exigir un alto el fuego y, en caso necesario, obligar a su cumplimiento”.
“El proyecto estadounidense está excesivamente politizado, su único propósito es ayudar a jugar con los votantes, lanzarles un hueso en forma de algún tipo de mención a un alto el fuego en Gaza” y convertiría al CSNU en “instrumento para el avance de la política destructiva de Washington en Oriente Medio”, y “para garantizar la impunidad de Israel, cuyos crímenes ni siquiera se evalúan en el proyecto [de resolución]”.
“El borrador estadounidense contiene una luz verde efectiva para que Israel monte una operación militar en Rafah”, y añadió que los autores del texto habían intentado que “nada impidiera” a Israel “continuar con su brutal limpieza del sur de la Franja de Gaza”.
El embajador argelino Amar Bendjama declaró que la adopción de la resolución de alto el fuego de febrero podría haber salvado miles de vidas, y añadió que la resolución actual se queda corta “debido a la ausencia de una demanda clara de alto el fuego, quienes creen que la potencia ocupante israelí optará por cumplir su obligación legal internacional se equivocan, deben abandonar esta ficción”.
Afirmó que el proyecto de resolución estadounidense se había distribuido hace un mes, tras lo cual Argelia había propuesto modificaciones para “lograr un texto más equilibrado y aceptable”, pero que, finalmente, el proyecto se quedó corto, ya que “seguían sin abordarse las preocupaciones fundamentales”.
En su intervención ante el Consejo el viernes, el embajador chino Zhang Jun explicó el veto de su país afirmando que, a pesar de la urgente necesidad y exigencia de un alto el fuego inmediato, incondicional y sostenido, “el Consejo había dado largas y perdido demasiado tiempo”.
Añadió que el borrador redactado por Estados Unidos “siempre había eludido y esquivado la cuestión más central: el alto el fuego. El texto final sigue siendo ambiguo y no pide un alto el fuego inmediato, ni siquiera responde a la cuestión de un alto el fuego a corto plazo”.
Zhang declaró además que un alto el fuego inmediato era un “requisito previo fundamental” para “salvar vidas, ampliar el acceso humanitario y evitar mayores conflictos. El proyecto estadounidense, por el contrario, establece condiciones previas para un alto el fuego, lo que no es diferente de dar luz verde a la continuación de las matanzas, lo que es inaceptable”.
Señaló que el borrador era “muy desequilibrado”, especialmente en lo relativo a los planes de Israel de invadir Rafah. “El proyecto no manifiesta clara e inequívocamente su oposición, lo que enviaría una señal totalmente equivocada y acarrearía graves consecuencias”.
Su homólogo argelino, Bendjama, había declarado igualmente que el texto “no transmite un mensaje claro de paz. Permite tácitamente que sigan produciéndose víctimas civiles y carece de salvaguardias claras para evitar una nueva escalada. Es un laissez-passer [dejar pasar] para seguir matando civiles palestinos. El énfasis en las ‘medidas para reducir el daño a los civiles de las operaciones en curso y futuras’ implica una licencia para seguir derramando sangre”, añadió Bendjama, destacando la inminente invasión israelí de Rafah.
La invasión de Rafah sigue sobre la mesa pese a las protestas internacionales
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha reiterado el plan de la Ocupación de lanzar una invasión terrestre de Rafah, en el sur de Gaza, donde actualmente se encuentran atrapadas 1,5 millones de personas desplazadas a la fuerza por los ataques israelíes contra otras partes de Gaza.
Mientras Estados Unidos sigue haciendo alarde de sus supuestos esfuerzos por detener la inminente invasión, Netanyahu ha declarado que “para alcanzar los objetivos de la guerra”, Israel “rechaza” la creciente presión internacional. Tras una llamada telefónica con el presidente Joe Biden, Netanyahu declaró que “dejó lo más claro posible” que no había forma de evitar una incursión terrestre.
“No vemos forma de eliminar militarmente a Hamás sin destruir los batallones que quedan. Estamos decididos a hacerlo”, afirmó. Netanyahu lo reiteró en una reunión con el Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken el viernes: “Le dije que espero que lo hagamos con el apoyo de Estados Unidos, pero si es necesario lo haremos solos”.
“Una gran operación militar terrestre no es la forma de hacerlo”, declaró Blinken a los periodistas, para añadir a continuación: “Estamos decididos a que Israel consiga defenderse y se integre en la región con su seguridad”.
Mientras tanto, los diez miembros no permanentes elegidos (E-10) del Consejo de Seguridad han redactado una resolución separada en la que piden un alto el fuego humanitario inmediato para el mes sagrado musulmán del Ramadán, “que conduzca a un alto el fuego sostenible permanente”.
También exige “la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes”, sin vincularla al alto el fuego, y subraya la necesidad de proteger a los civiles en Gaza y proporcionar ayuda humanitaria. Francia también ha declarado que redactará una resolución por separado.
Se espera que la votación del texto E-10 tenga lugar el viernes o el sábado por la mañana.