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Cada dos años, el Centro de Mando Indo-Pacífico de los Estados Unidos convoca los mayores ejercicios de guerra marítima del planeta. Con la participación de más de 35.000 soldados, 29 naciones, 46 buques navales de superficie, 4 submarinos nucleares y multitud de fuerzas aéreas y terrestres, las maniobras militares “Rim of the Pacific”, o RIMPAC, es uno de los eventos de adiestramiento más destructivos del mundo.
A través de estos ejercicios, los Estados Unidos consolidan su control sobre la región del Pacífico. RIMPAC comenzó como un ejercicio de entrenamiento anual en 1971 y se hizo bianual en 1974. Desde su inicio, algunos de los peores violadores de los derechos humanos de la historia, como los Estados Unidos, Australia, Canadá e Israel, han participado en los ejercicios. Los Estados Unidos tienen un largo historial de utilización de las islas hawaianas para prácticas de tiro. En 1965, la Marina estadounidense detonó en Kaho‘olawe una bomba equivalente a 500 toneladas de dinamita, que rompió el nivel freático de la isla y la llenó de artefactos explosivos sin detonar.
Hawaiʻi fue tomada ilegalmente por los plantadores de azúcar estadounidenses en 1893, que contaban con el apoyo del ejército de EE.UU. y buscaban el puerto hawaiano de Puʻuloa (Pearl Harbor) para una estación carbonera. En 1898, el Congreso estadounidense, que en realidad había perdido el tratado de anexión, tomó ilegalmente Hawaiʻi mediante una resolución conjunta. Desde entonces, Hawai ha permanecido bajo la ocupación ilegal de los Estados Unidos y su ejército.
El militarismo estadounidense destruye nuestra tierra a través del RIMPAC
El RIMPAC, como síntoma del imperio estadounidense, tiene inmensas repercusiones medioambientales y culturales. Geopolíticamente, los ejercicios se utilizan para controlar las rutas comerciales, entrenar a regímenes genocidas y posicionarse contra China. Desde la estrategia “Pivot to Asia” de Obama, los Estados Unidos han pasado de las tácticas de guerra fría de diplomacia y adquisición de armas a las tácticas de guerra caliente de invasión agresiva y acumulación militar descontrolada. El RIMPAC se utiliza para probar armas y tecnología militar en favor de los fabricantes de armamento.
Entre San Diego y Hawaiʻi, el ejército estadounidense y sus juegos de guerra causan estragos en tierra y mar. Hunden barcos, llevan a cabo simulacros de invasiones marinas de guerra urbana y selvática, y participan en entrenamientos con fuego real en zonas de conservación que provocan incendios en miles de hectáreas y amenazan a especies en peligro de extinción. Todos estos ejercicios “rutinarios” tienen lugar en zonas que son territorios culturales y ancestrales de profundo valor.
La mayor base del ejército estadounidense en nuestras islas es Pōhakuloa, una región sagrada de la isla de Hawaiʻi, miles de hectáreas utilizadas como campo de tiro para entrenar a militares en las tácticas de guerra, supresión e invasión. El valle de Mākua fue una antigua ciudad civil convertida en campo de tiro entre la Segunda Guerra Mundial y 2004, lo que llenó el territorio de artefactos explosivos sin detonar, fósforo blanco y otras sustancias químicas de larga duración. La base de los marines estadounidenses de Mōkapu está construida sobre uno de los pueblos más antiguos de Hawaiʻi, cuyos residentes fueron expulsados para hacer sitio a la base. Además de la contaminación masiva y los derrames de aguas residuales sin tratar que la base vierte en el océano circundante, también es un lugar funerario sagrado donde muchos iwi kūpuna (huesos ancestrales) están enterrados cerca de la costa.
El RIMPAC también amenaza ecosistemas vulnerables y delicados de nuestras vastas reservas naturales oceánicas, que son zonas de conservación restringidas excepto para los militares. La Marina estadounidense se ha enfrentado a múltiples demandas por la muerte de ballenas debido a varamientos masivos para escapar del sonar naval, múltiples helicópteros y aviones se han estrellado en nuestras playas y en el océano, y las tortugas marinas han perdido el acceso a sus zonas tradicionales de desove debido a la práctica de asalto anfibias en nuestras playas. El ejército estadounidense es el mayor impulsor de la crisis climática y el impacto medioambiental del RIMPAC no hace más que agravar esta catástrofe, al poner en riesgo la subsistencia de las naciones oceánicas por los repetidos misiles, explosiones y residuos de metales pesados que se lanzan al Pacífico como consecuencia de esta maniobras. Por lo tanto, el RIMPAC viola directamente su propia Formación de Conciencia sobre Especies Marinas (MSAT, por su siglas en inglés) y sus propios Protocolos de Medidas de Protección y Evaluación (PMAP, por su siglas en inglés), que exigen que la Marina cumpla la Ley de Protección de Mamíferos Marinos y las Especies en Peligro de Extinción y garantice la mitigación para evitar cualquier lesión, cambio de comportamiento o muerte. Cada año que se planifica el RIMPAC, el Mando Indo-Pacífico de la Marina de los Estados Unidos solicita a la NOAA y al Departamento de Defensa la exención de estas leyes, con peticiones extraordinarias para permitir “tomas” (muertes) accidentales de mamíferos marinos por millones. Tampoco hay límite al número de aves marinas que puede capturar durante los ejercicios. El RIMPAC amenaza a no menos de 12 especies en peligro de extinción.
RIMPAC: Exportando violencia
Además de su obsceno espectáculo de destrucción medioambiental, el RIMPAC apoya la represión de las culturas indígenas en todo el mundo al entrenar activamente a regímenes que, actualmente, están llevando a cabo genocidio u otras violaciones de los derechos humanos a sus pueblos indígenas. RIMPAC pone en marcha representaciones de varios “escenarios futuros de terroristas potenciales”. En 2022, RIMPAC representó una invasión simulada de Corea del Norte, yendo casa por casa ejecutando una operación de cambio de régimen con casas decoradas con fotos de Kim Jong Un. Antes de eso, en 2016, RIMPAC utilizó las islas hawaianas para representar un escenario de supuestos “Estados enemigos” imaginarios que buscaban expandir un poder que jugaba en contra de las influencias occidentales. Y, por supuesto, está el constante ruido de sables y la escalada contra China, que es utilizada como chivo expiatorio por la nueva Guerra Fría estadounidense.
El RIMPAC también trae consigo un aumento significativo de la violencia de género. Los estudios han demostrado un salto significativo en el tráfico de personas y la explotación sexual, especialmente de las jóvenes nativas hawaianas cada año. En 2022, un antiguo contramaestre de la marina estadounidense fue condenado a 20 años de prisión por tráfico sexual de niñas nativas hawaianas. La afluencia de más de 25.000 militares internacionales a Hawaiʻi garantiza un mercado constante para la explotación de mujeres y disidencias.
El RIMPAC pone de manifiesto el dominio militar permanente de los Estados Unidos
Los ejercicios militares de este año son notables dado el contexto geopolítico actual. El RIMPAC tiene lugar en medio del noveno mes de la guerra genocida de Israel en Gaza. Esta guerra ha aislado a los Estados Unidos y a su socio menor, Israel, y ha unido a gran parte del mundo en la exigencia de un alto el fuego y en la oposición a la violencia asesina de Occidente contra los palestinos y los oprimidos de todo el mundo.
Sin embargo, algunas de las voces que con más fuerza han condenado en la actualidad a Israel y a los Estados Unidos en la escena mundial, han enviado a sus Fuerzas Armadas a participar junto a los Estados Unidos e Israel en el RIMPAC. Participan países como Colombia, Brasil, Chile, Ecuador, México e Indonesia, que han cerrado sus embajadas israelíes o han renunciado públicamente a Israel por su genocidio actual del pueblo palestino. Aunque en el Sur Global se respira un ambiente de desafío a la dominación y la hipocresía occidentales, enfrentar la supremacía militar estadounidense, ya que su bloque lidera el gasto con un 74,3%, resulta más difícil.
Sin embargo, estos juegos de guerra no son meros pasatiempos y excursiones, sino una declaración de valores nacionales y una declaración de intenciones políticas. Las estrategias y tácticas, armas y tecnologías que se ponen en práctica y dominan en el RIMPAC son utilizadas por las naciones participantes para armarse en casa. Ya sea para la peor forma de atrocidades como el genocidio o la represión de cualquier forma de resistencia al Estado, o para controlar las rutas de “libre comercio” para garantizar que el capital siga circulando en beneficio de la élite capitalista internacional. En otras palabras, el RIMPAC entrena a Gobiernos que tienen una larga historia de desarrollo de técnicas represivas para controlar sus colonias y que ahora despliegan esas mismas técnicas sobre sus ciudadanos. Como ocurre con todas las actividades imperialistas, corresponde a los movimientos sociales y populares de las respectivas naciones afectadas tomar partido y rechazar este continuo armamento y expansión militar de nuestros opresores colectivos.
El pueblo hawaiano se une a los pueblos del mundo para exigir el fin de estos juegos de guerra y para agudizar nuestra lucha contra el imperialismo y el colonialismo estadounidense, que hoy es la mayor amenaza para la supervivencia de nuestro planeta, especialmente para los que pertenecemos a naciones insulares del Pacífico “estratégico”. Son los movimientos populares los que se movilizarán para recordar a los Gobiernos de las naciones participantes que deben retirarse de este ejercicio, poner fin a su colaboración con las fuerzas de ocupación israelíes y mantenerse firmes en sus declaraciones ante las Naciones Unidas y otros foros diversos. Juntos podemos construir un mundo mejor.
Kawenaʻulaokalā Kapahua es un organizador comunitario de Hui Aloha ʻĀina, sucursal de Honolulu, una importante organización independentista hawaiana. Reside en Honolulu, Hawaiʻi, es estudiante de doctorado de Ciencias Políticas en la Universidad de Hawaiʻi y sindicalista.
Joy Lehuanani Enomoto es una organizadora comunitaria, estudiosa de las islas del Pacífico y artista que vive en Honolulu, HI. Actualmente es directora ejecutiva de la organización de desmilitarización Hawaiʻi Peace & Justice y vicepresidenta de la organización de soberanía hawaiana Hui Aloha ʻĀina o Honolulu.
Este artículo fue producido para Globetrotter.