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El actual presidente de EE.UU., Biden, y el ex presidente Trump han ganado oficialmente suficientes delegados para convertirse en los respectivos candidatos de sus partidos en las elecciones presidenciales de noviembre. Biden y Trump han ganado casi todas las primarias hasta ahora, pero con las primarias de ayer en Georgia, Washington y Mississipi, finalmente alcanzaron el umbral de delegados necesarios para ganar las nominaciones demócrata y republicana respectivamente.
Los dos partidos políticos más grandes han dado a los votantes la opción de elegir entre dos políticos envejecidos que empezaron sus carreras en los años 70, que ya han sido presidentes y que en gran medida mantienen posturas conservadoras similares. Ambos se han convertido en figuras muy controvertidas.
Biden está perdiendo apoyo entre los votantes, especialmente entre la juventud, en gran parte debido a su apoyo incondicional a Israel mientras lleva a cabo un genocidio en Gaza. Sin embargo, el apoyo de las personas progresistas y de la juventud ya estaba disminuyendo debido a su incapacidad para aplicar medidas realmemente progresistas. Su enorme paquete de gasto social, “Reconstruir mejor”, fracasó al principio de su presidencia porque los legisladores conservadores de su propio partido lo rechazaron en el Congreso. Después de que el Tribunal Supremo, dominado por la derecha anulara el derecho al aborto de millones de mujeres en 2022, Biden se negó a tomar medidas para restablecerlo, como legalizar el aborto en terrenos de propiedad federal o ampliar el Tribunal Supremo para que los jueces ultraconservadores dejaran de tener mayoría. Biden ni siquiera ha estado dispuesto a utilizar su vasta autoridad ejecutiva para eliminar la deuda estudiantil, pero sí se siente cómodo utilizando su autoridad para instituir políticas draconianas contra la población migrante en la frontera.
“I will not be voting for someone committing genocide.”
Young people are turning their backs on Biden and looking for other options.
BT spoke to voters at the March For Gaza in D.C., which was attended by three different independent presidential candidates. pic.twitter.com/ANuBz8Mk0I
— BreakThrough News (@BTnewsroom) January 19, 2024
En las elecciones presidenciales de 2020, Trump se convirtió en uno de los pocos presidentes recientes que no ganó un segundo mandato, dejando el cargo con un índice de aprobación del 34%. Trump había sido objeto de críticas por sus políticas sobre COVID-19 que llevaron a Estados Unidos a convertirse en el epicentro del virus, y la represión estatal contra el movimiento de masas que luchó contra la brutalidad policial en el verano de 2020.
Aunque se promociona como un outsider político, Trump se sentía cómodo implementando los típicos objetivos agresivos de la política exterior estadounidense. A principios de 2020, Trump dio órdenes de asesinar al apreciado general iraní Qassem Soleimani, que había dirigido la lucha contra el terrorismo en parte de Asia Occidental. Trump se plegó a la línea de apoyo incondicional de EE. UU. a Israel, reconociendo Jerusalén como su capital en 2017. También intensificó las medidas coercitivas unilaterales contra Cuba y Venezuela, provocando crisis económicas sin precedentes en ambos países porque estas medidas estrangulan sus economías.
El apoyo de Biden al genocidio amenaza sus posibilidades de reelección
A pesar de haberse asegurado la nominación del Partido Demócrata, la actuación de Biden como presidente en funciones ha llevado a sus partidarios a preocuparse por sus posibilidades de victoria sobre Trump. En varias primarias celebradas hasta ahora, un gran número de demócratas inscritos han emitido votos de protesta (uncommitted) contra Biden. Este movimiento comenzó en Michigan, un estado clave para la estrategia electoral, que contiene una gran población árabe-estadounidense harta del apoyo de Biden al genocidio israelí. Desde las primarias de Michigan del mes pasado, en las que más de 100.000 votantes demócratas emitieron votos de protesta contra Biden, varios otros estados han registrado grandes porcentajes de votos de protesta. El mayor porcentaje de votos de protesta contra Biden hasta la fecha se registró en Hawai (ocupación de EE. UU.), que registró un 29,1%.
El 12 de marzo se celebraron las primarias en Georgia, un estado que fue fundamental para la estrecha victoria de Biden en las elecciones de 2020. El 2,2% de los votantes demócratas registrados en Georgia acabaron emitiendo votos de protesta contra Biden, lo que supone el 52% del margen de victoria de Biden en 2020.
GOOD MORNING to the 6,455 Georgia voters who chose to #LeaveItBlank with @listentogeorgia—2.2% of the electorate. Those voters are 52% of Biden's 2020 margin of victory in GA, in a primary w/ less than 12% of 2020 turnout. CLEAR proof Biden can't support genocide & win GA. ? https://t.co/RY2y3v9fP6
— Marisa Pyle (@marisapk) March 13, 2024